Obra de Paula Natoli |
Conjonctions/Conjunciones es la interesante reunión de propuestas plásticas de un grupo heterogéneo de artistas que estará abierta al público hasta el 25 de octubre en el Centre Wallon d’Art Contemporain en Lieja, Bélgica. Omar Gasca, curador y comisario, se ocupa aquí del trabajo de los integrantes: Emilia Bellon, Thomas Chable, André Delalleau, Juan José Díaz Infante, Jean-Pierre Husquinet, Paula Natoli, Luc Navet y Francisco Romero.
Casi
nunca es bueno generalizar, así que diremos que no siempre es
bueno ser juez y parte, aunque quizá lo es menos la autocensura. Por
moderación, de cualquier modo, que puede interpretarse al gusto como pudor,
recato y hasta cautela, me excluyo parcialmente aunque desde el 14 de
septiembre y hasta el 25 de octubre participo con Emilia Bellon, Thomas Chable,
André Delalleau, Juan José Díaz Infante, Jean-Pierre Husquinet, Paula Natoli,
Luc Navet y Francisco Romero en la exposición Conjonctions en el Centre
Wallon d’Art Contemporain en Lieja, Bélgica, y aunque intervengo también en la
otra, muy cercana en tiempo y lugar, en Valonia, en la Maison de la Poésie
d’Amay, y que no es otra que Ulises 1, la misma, con variantes, que ha
circulado por México, Turquía, Inglaterra y los Estados Unidos.
Lo anterior sólo para ponerle señales al tránsito, como curador y comisario
además de la parte mexicana, porque la idea es hablar de la obra de Bellon y
Natoli, quienes entre otras cosas comparten allá el espacio con Francisco
Romero, reciente ganador del Premio Internazionale Bice Bugatti, en Italia,
exdirector del Instituto de Artes de León y fundador de la importante galería
de autor SpacioR, notable artista visual metido ahora en la producción de obra
que relaciona la pintura con los hipermedios, de un modo por cierto bastante
distinto a como lo hace Joseph Nechvatal,
este artista y amigo rizomático (Deleuze y Guattari) y
posconceptual, que nacido en Chicago radica en París y que es autor del
complicadísimo libro Inmersion into noise (2011, University of Michigan
Press, 270 pp.).
Bellon y Natoli se encuentran en esta muestra como lo han hecho en otros
ámbitos y tiempos. Ambas son egresadas de la Facultad de Artes Plásticas de la
Universidad Veracruzana, llegadas a ella una desde Cuernavaca y otra desde
Quilmes, Argentina, para formarse como escultoras, sobre lo cual tienen oficio
y mucho (como Eduardo Mendieta, Alma Vargas o Samuel Lozada), si bien su
trabajo tiene ahora derivaciones y transversalidades o de plano orientaciones y
medios y lenguajes bastante ajenos a lo propio de una instrucción tradicional.
Coinciden también en las hechuras finas, afables, cuidadosas del detalle,
pero además en que prescinden de coartadas elucubradas a efecto de satisfacer
la persistente tendencia de suplir el talento con rollo o con astucias al modo
de Guido y Luigi Farabutto, los personajes del famoso cuento de Andersen. Su
obra posee un dejo, un tono de intimidad, una inevitable nostalgia de no
sabemos qué y algo que se parece sólo a aquellas palabras de Cavafis cuando en La
ciudad escribe: “Dijiste: «Iré a otra ciudad, iré a otro mar…»”; o a la
frase de él mismo en Mar de la mañana, donde se lee: “Aquí que me
detenga. Y que me engañe como que veo esto”.
Distingue a las dos su capacidad para reír y su gusto por el mate –esa
amargosa infusión que tanto gusta a los argentinos–, lo mismo que esa actitud
semicallada, nada propensa a los protagonismos, los éxitos o las famas fáciles,
todo lo que de algún modo va a dar a su trabajo sin necesidad de explicación
alguna y cualquiera que sea el pretexto o tema de aquél. Sin quererlo, sin
buscarlo, sin teorías o inclinaciones hacia modas que para acabarla
frecuentemente son tardías (nomás por cincuenta años), su quehacer se traduce
en un minimalismo peculiar, propio, franco, claro, honesto, diríamos; esto es,
muy distinto del de los minimalistas reciclados que, como todos los esnobs, mal
copian formas y modos sin entender ni asumir el contenido, efectivamente,
amparados por la insustancialidad convertida en emisora de licencias. De ahí
los sensibles comentarios, la buena impresión y el buen sabor de boca que ellas
producen y dejan en propios y extraños, lo que a modo de retroalimentación es
el verdadero y mejor pan para un artista. De ahí la percepción de éxito que ha
logrado la obra de ambas, manifiesta por un lado en la nota dedicada a ellas
por Lino Polegato en Flux News, y en el interés de una galería de allá
por la obra de Bellon y en la exposición que Natoli organiza ya para octubre de
2014 en el Museo del Ferrocarril, de Puebla, con la participación de mexicanos
y belgas.
Conjonctions/Conjunciones es también el nombre
del pequeño libro (no catálogo) de 64 páginas, en francés y español, con un
tiraje de 1000 ejemplares, en el que pueden verse algunas de las obras
expuestas en la muestra del mismo nombre, y otras, y breves textos y entrevistas.
Los textos se deben a Marie-Hèlene Joiret y a quien suscribe estas líneas, la
traducción a Marcelino Argüelles, el diseño a Jean-Pierre Husquinet y la
impresión a Presses de Raymond Vervinckt.♦
Por Omar Gasca: Artista, crítico, conversador infatigable.