Víctor Benítez revisa
Leer la mente de Jorge Volvi, libro que a través de ensayos conecta a la
literatura y la ciencia. Volpi, dice Benítez, “Volpi cumple un buen trabajo al
volver sencillo lo complicado”.
Leer la mente no es un libro sólo para científicos. En su
contenido, todas las citas sobre ciencia están para especificar su contenido y
teorías. Sin embargo, sí es un libro para cualquiera que se diga lector asiduo.
Jorge Volpi, el autor, da por hecho una serie de lecturas canónicas previas
para adentrarse a este interesante libro sobre la mente y la ficción.
En este libro de ensayos se recopilan varios
puntos de vista que enlazan a la ciencia con la literatura, pero sobre todo con
la ficción y la forma en que la ficción juega uno de los papeles más
importantes sobre la condición humana, es decir, que la ficción nos hace
humanos.
En el desarrollo del tema, Volpi presenta una
serie de fundamentos y teorías sobre el origen del pensamiento hacia la
ficción. Una especie de línea del tiempo en el que muestra un principio y
evolución de la ficción desde que era una simple vivencia –y lo sigue siendo,
sólo que ahora se matiza con formas más concretas como la literatura, las artes
y el pensamiento humano, por ejemplo.
A pesar de querer introducir al lector en los
contenidos más duros de la ciencia, Volpi cumple un buen trabajo al volver
sencillo lo complicado, que no es lo mismo que hacer fácil lo difícil. Quizás,
el intento de Volpi por lograr la comprensión de sus lectores lo lleva a la
exageración pasándose de gracioso en un texto que realmente es serio e
interesante.
“El arte de la ficción”, en conclusión, es
que todos somos ficciones. Volpi aclara que esto no significa que nadie exista
más que el propio autor, sino que se fundamenta a partir de condiciones
científicas necesarias como las neuronas espejo y sus funciones concentradas
siempre en el yo.
El libro promociona el encuentro entre
literatura y ciencia, también cómo la ficción nos hace humanos. Sin embargo en gran
parte del ensayo todo esto se convierte en una especie de divulgación
científica que quizás, en ciertos puntos, está de más en cuanto a las
conclusiones. Tal vez no sea una equivocación del autor sino una mala lectura
del que critica, pero sería importante considerar si son necesarias las
anécdotas de los viajes de Volpi o sus frustraciones por no ser físico cuántico
o haber estudiado derecho. De cualquier manera, el texto es realmente atractivo
en la manera en que puede jugar con la mente del lector moviéndolo a través de
la historia y la literatura para cumplir los caprichos del autor con el fin de
simpatizar con su teoría.
Podría decir que Leer la mente es un
libro de viaje, de café, de fin de semana. Un libro para cualquier momento,
pero también es un libro de referencia. Si uno es fanático de la ciencia, deja
en claro que todos sus comentarios están fundamentados en las teorías de
grandes científicos y filósofos que se han aventurado en las maravillas de la
mente. También expresa cómo no sólo la ciencia se ha encargado de estas
virtudes de la mente y la memoria, sino lo que han logrado escritores,
filósofos y artistas en general. Sin Funes el memorioso quizás la
ciencia no hubiera sido capaz de comprobar la capacidad de almacenar recuerdos.♦
Leer la mente de Jorge Volpi, Alfaguara, México, 2011, 168
pp.
Por Víctor Benítez