Magos e Iraida


Publicado porJosé Homero el 1:52 p.m.

Magos Herrera e Iraida Noriega
Estimado jefe con amigos influyentes:
Ando en busca de Juan Palo II. Tiene rato que perdí contacto con tan ilustre caballero de la noche. La última vez que nos vimos habíamos quedado en hacer una crónica a cuatro manos sobre las artistas de la danza nocturna. Eso fue antes de que Xalapa se tornara difícil por las noches, insegura en los antros e incierta en la felicidad. O sea, como dijera mi abuelita: ya llovió.
Como me he convertido en un misántropo y yo mismo me bloqueo mis caminos porque nada me parece, poco tiempo le he dedicado a la vida cultural de esta honorable ciudad hundida en los baches y remozada con algunos murales que no pasarían de Dibujo I en La Esmeralda. Una noche decidí salir de mi claustro para ir a Tierra Luna a escuchar a Iraida Noriega y Magos Herrera, par  de cantantes mexicanas que vuelan libres con sus voces alrededor del jazz. El esfuerzo valía la pena.
En épocas donde predomina el ruido sobre la música y los cantantes desafinados imponen su bazofia, es un verdadero oasis dejarse envolver por las atmósferas vocales que crean Iraida y Magos. Juntas irradian magia. Jazz, boleros, cantos indígenas, ritmos tropicales, destellos fugaces de blues, armonía y coordinación, son elementos que conjuntan Noriega y Herrera para abrir puertas que permiten por un momento abandonar la desquiciante realidad e ingresar a campos llenos de espiritualidad. Iraida Noriega abrió la noche batiendo sus palmas, soltando su canto y jugando con un aparato electrónico para lograr diversos tonos de voz a canciones de Eurythmics y Mecano. Tiende con sus interpretaciones una alfombra mágica en la que caben todos los presentes para salir volando con el ritmo que impone.         
Magos Herrera aparece en el escenario y a dueto recuerdan la canción central que grabaron en 2006 en el disco compacto que lleva el mismo nombre: Soliluna. El acoplamiento en el escenario es feliz y en el ambiente, afortunado. Ambas artistas recorren diversas partes del país en apoyo a la campaña de la ONU para erradicar la violencia contra las mujeres.
Lo híbrido en los sonidos es la divisa de la presentación de Magos e Iraida quienes abrazan con sus voces a la noche y comparten esa intimidad con el público. Las canciones de Agustín Lara, Osvaldo Farrés, Nacho Cano, Annie Lenox, Antonio Machín, son reinventadas por este par de estrellas que no pierden luminosidad en la noche.
Y así como se divierten con sus cuerdas vocales para tocar con el jazz todas las canciones que interpretan, lo mismo hacen con una pirecua, ese canto purépecha hecho especialmente para las voces femeninas. Los sueños de Josefinita parte de la raíz indígena y se transforma en sonidos sincopados creados por Iraida y Magos. Sus soportes musicales son también de primera, Alejandro Mercado en el piano; Israel Cupich en el contrabajo y Alex Kautz en la batería conforman un trío que flota en el mismo nivel místico de las divas. Igual que floto yo después de algunos whiskys.
Lo malo es que el concierto duró poco y afuera nos acechaba la brutal realidad. Me quedo con las frases de la Josefinita: “Sufrir ya no es posible / ay Dios eterno / hoy quisiera morir / porque en este mundo engañoso / todo es un sueño / todo es una ilusión”.
Lo que no es engañoso es la cuenta. Ni hablar, a pagar y quedarme en el viaje en el que me depositaron las voces de Magos Herrera e Iraida Noriega. Jefe, si por ahí se encuentra a Juan Palo II dígale que si no me cumple la promesa de realizar una gira para hacer una crónica de la vida nocturna actual xalapeña, no vuelvo a colaborar para Performance.





Por Conde de Saint Germain y duque de los jardines de Xalapa





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