Jody Williams |
Nuestro amigo el Diletonto nos cuenta los origines del Hay Festival en
México y sus pormenores en la última edición del 2013, llevado a cabo en la
ciudad de Xalapa.
“Se
juntó el hambre con la enfermedad” fue la coloquial respuesta
de uno de los organizadores foráneos del Hay Festival en Xalapa cuando le
pregunté cómo se entablaron conversaciones para celebrar festival tan
importante en Xalapa. No era para menos. En julio de 2010 se había desarrollado
en Zacatecas la primera edición en México de este festival que nació en Gales,
en el poblado Hay-on-Wye, famoso por sus librerías, con la presencia de
escritores, periodistas, músicos e intelectuales como Carlos Fuentes, Jon Lee Anderson,
Bob Geldof, Jorge Volpi, Laura Restrepo, Francisco Goldman y Héctor Abad, entre
otros; y la dedicación a la memoria de Carlos Monsiváis y José Saramago,
entonces recién fallecidos. La administración –de filiación priista, que
sucedió a la gobernadora perredista Amalia García canceló el festival por
costoso.
De modo que en enero de 2011 el Hay Festival buscaba hospedaje en México.
Del 19 al 23 de enero se celebró en Madrid, España, la edición número 31 de la
Feria Internacional de Turismo. Conforme a las cifras de la feria (accesibles
en: http://www.ifema.es/ferias/fitur/pdf/cifras.pdf)
acudieron a este mercado, visitado en mayor número por hoteleros (15% del
total) y promotores de viajes (18%), más de doscientos mil asistentes. Algunos
fueron visitantes profesionales; y dentro de éste, un 1.3% correspondió a
“organismo oficial extranjero”. Conformando este porcentaje se encontraba una
nutrida representación de Veracruz, que comprendía a emisarios de la Secretaría
de Turismo, Cultura y Cinematografía presidida por Leticia Perlasca y del
Ayuntamiento de Xalapa. Elizabeth Morales, flamante alcaldesa de reciente
ingreso, asumiéndose inesperada vocera de la delegación, anunció, a su regreso,
como logro personal la contratación del Hay Festival para Xalapa.
Amarre
En una comida en 2011 en la residencia del gobernador, la embajadora de
Gran Bretaña en México expresó al gobernador de Veracruz, Javier Duarte de
Ochoa, su satisfacción por el éxito del Hay Festival en Xalapa y manifestó su
deseo de que arraigara. Aprovechó para recordar los lazos que unen a Gran
Bretaña y Veracruz siendo uno de ellos el convenio contra el cambio climático.
La diplomática no era la única satisfecha. El galés Peter Florence, (lo fundó
su padre) fundador del Hay y presidente del comité de organización a nivel
mundial, buen diplomático al fin, agradeció la hospitalidad y refrendó su
voluntad para que el festival continúe en Xalapa.
Un festival franquicia
Las primeras emisiones del Hay Xalapa fueron notables por la novedad y
calidad de los presentes: Martin Amis, Richard Ford, Niall Ferguson, Michael
Nyman en la primera edición; J. M. Le Clézio, Wole Soyinka, Enrique Vila-Matas,
Jon Lee Anderson, en la segunda. La tercera edición 2013 provocó menos
entusiasmo, debido a que muchos autores eran desconocidos para el público.
Concentraban el atractivo Derek Walcott y Jody Williams, premio Nobel de la
Paz. Al cartel poco carismático –por la escasez de grandes nombres, no porque
los mencionados no sean atractivos, sumemos ciertos contratiempos: la
inauguración oficial no ocurrió el jueves 3 de octubre en el patio central de
Palacio de Gobierno, según estipulaba protocolo, por complicaciones de agenda.
De ahí que la propia coordinadora, para paliar las críticas, se apresurara a
declarar que el Hay Festival no necesitaba de inauguración para arrancar.
Eduardo Lizalde, aunque anunciado
en principio y sostenido en el programa en su versión inglesa [véase la página 40],
fue sustituido por Antonio Deltoro. A medida que avanzaba el festival
sucedieron otras cancelaciones: Wendy Guerra, Derek Walcott –ya se dijo: uno de
los principales atractivos, Paco Ignacio Taibo II… La asistencia y la respuesta
en la ciudad menguó desde la perspectiva de los ciudadanos de a pie. Lo que no
impide que los organizadores proclamen que se superó la cifra de asistentes,
siendo en esta ocasión 30,000. Y haya quienes afirmen que se acercaron a los
40, 000.
Amerita detenerse. ¿Qué entienden los organizadores, y aquí incluyo a los
dueños de la franquicia y a su anfitrión, por asistente o visitante? Cuando
Elizabeth Morales, alcalde de Xalapa cuya presencia en esta edición fue
soslayada cediendo todo fulgor a la Secretaría de Turismo, anunció que había
conseguido el Hay Festival para Xalapa, aseveró que el festival promovería
Xalapa, situaría a la ciudad en el mapa de los festivales y en resumen atraería
turismo cultural. Tendremos 10 000 visitantes, aseveró optimista.
¿Asistentes/visitantes? ¿visitantes/asistentes?
Ante la falta de turistas extranjeros y nacionales, los organizadores
encontraron un eufemismo certero para justificar lo que indicaba visiblemente
un fracaso: no se había hablado de visitantes sino de asistentes. Si
consideramos que uno de los actos centrales del Hay son los conciertos
musicales –el del 2012 fue muy celebrado debido a que Café Tacuba incluyó
varios denuestos contra el recién electo presidente de la República, Enrique
Peña Nieto, entendemos que el 60% de los miles de asistentes lo aporten dichos
conciertos. Ignoro si tanto brillante asesor no ha considerado un baile masivo,
lo que incrementaría indudablemente el número de asistentes por reportar. La
cercanía del masivo de El Patrón hubiera sido una buena oportunidad para
incrementar de golpe 50 000 visitantes/asistentes a las cifras. Se los encargo.
Los medios ya sentenciaron a través de la unanimidad: más de 30 000 visitantes
en Xalapa, lleno total en la ocupación hotelera. Imposible desmentir tales
cifras cuando los propios hoteleros avalan esa numeralia. (Al paso: en la nota de Radio Fórmula
se habla que hay 5, 000 habitaciones en la región; ¿cómo hospedaron a los 30
000 visitantes?).
La franquicia de la
buena ondexxx
El Hay es un festival franquicia y las franquicias funcionan igual sean
entes abstractas y creativas, como lo es el Hay Festival, o expendios de
hamburguesas. Al Hay, como reseñamos, le interesaba no perder la plaza de
México y no sólo afianzar la presencia en Latinoamérica sino evitar la
pendiente húmeda en que se encontraba en zona iberoamericana tras la pérdida de
la sede en Granada por falta del principal patrocinador. De ahí que este
festival, cuyo costo en Zacatecas rondaba el millón de dólares sólo en pago de
derechos, según confía uno de los organizadores de aquel entonces, persiga ante
todo quién adquiera la franquicia y la sustente. Y si es un negocio, la
responsabilidad de obtener ganancias no es de quien vende la franquicia sino de
quien instaura su changarro bajo tales insignias. No es al Hay Festival a quien
le corresponde causar ganancias, ellos cumplen ofreciendo un programa semejante
al que se presenta en las otras sedes, es a sus clientes a quienes les debe
interesar obtenerlas. Si es que les interesa. O bien costear las pérdidas si
aporta algo más. El Hay es aunque sea una franquicia una entidad intangible y
abstracta y como tal sus beneficios seguramente serán intangibles, abstractos,
y ya que nos ponemos conceptuales, hasta metafísicos. En México, según lo ha
confesado la propia directora, el financiamiento del festival depende en un 70%
de dinero del erario; en Europa, el financiamiento público apenas cubre un 40%.
Si no da dinero el Hay, entonces ¿qué carajos ofrece? Prestigio, nimba a
quien lo soporta –anglicismo que elijo porque connota no sólo patrocinio sino
un poco más; le imbuye por ósmosis las cualidades liberales de la palabra, la
imaginación, la libertad. La puritita buena ondexxx.
Como xalapeño uno entiende la necesidad de contar con un festival de esta
envergadura. Nuestra capital zozobra en la burocracia, en la recesión, la
inseguridad y la falta de empleo. Carente de industria, su comercio medra a la
a veces tupida, en muchas rala, fronda de la burocracia. A diferencia de
ciudades del Bajío y el norte no contamos con una feria ganadera ni agrícola ni
industrial. Ni siquiera una feria del calzado, sex shops o dulces de leche
cuajada. Sacan dinero los políticos del erario sólo. Había festivales pero la
falta de promoción y de dinero los dejaron morir. Sería maravilloso que se
lograra un gran festival nativo, aunque quizá ya lo tenemos y no lo hemos visto
–el festival de jazz de la Universidad Veracruzana, ese sí modelo de empresa
cultural, aunque como el presupuesto universitario no es tan grande no se
cacaree en el ámbito nacional.
De ahí que en el pequeño ecosistema que conforman instituciones y medios
resulte conveniente proclamar un éxito de público y de dinero al Hay Festival
en Xalapa y presumirlo como un logro de empresa cultural.
Larga vida al Hay Festival en Xalapa
Aunque cueste más de un millón de dólares la realización, aunque los únicos
visitantes sean los medios de comunicación foráneos, los invitados y los
organizadores –en contraste, el Cervantino recupera más del doble de su inversión;
aquí difícilmente debe recuperarse un 10% de la inversión.
Aunque la cultura no tenga presupuesto. Aunque finalmente el Hay soliviante
esa idea peregrina de que cultura que no puede manifestarse mediante
parafernalia de espectáculos no es digna de inversión. Porque en las
franquicias la otra palabra clave es inversión. Ah, y holding.♦