Estimado boss:
¡No se vale! Justo cuando he
hecho mi promesa de ya no fallar con Performance
y cumplir puntualmente con mis colaboraciones, me avisan de la redacción que
dejará de circular este honorable periódico de las “interpretaciones sobre las
interpretaciones”. ¿O sea que sumamos también a la lista de desaparecidos a
nuestra publicación? Caso triste en verdad.
Aún no digiero bien la noticia mientras tomo lentamente un whisky. Para
satisfacer mi ego aventuro a decirme a mí mismo que Performance se fue a la quiebra porque dejé de publicar mis
artículos. Como este argumento ni yo me lo creo, llego a la razón fundamental:
la falta de dinero.
En verdad que ha sido toda una proeza mantener un informativo escrito a
lo largo de 10 años. Desde la primera etapa bajo el nombre Graffiti, el proyecto que usted encabeza ha resultado la mejor
propuesta de periodismo cultural en Xalapa. El simple hecho de catalogar a la capital del estado de Veracruz como “la
Atenas Veracruzana” impone un seguimiento crítico y puntual de las actividades
artísticas y culturales producidas o representadas en estos lares.
Da pena decirlo, pero no hay periodismo cultural en Xalapa si entendemos
al género como el mejor medio para ejercer la crónica, el reportaje, la
entrevista, la reseña y el artículo de opinión. Por desgracia la escuela de
periodismo veracruzano está cimentada en el boletín, como bien lo ha
documentado Juan Carlos García Rodríguez en la pasada edición. A pesar de que
hemos tratado de cambiar vía la democracia, en el fondo la estructura del poder
continúa siendo obtusa y autoritaria, acumuladora de riquezas económicas para
sí misma, depredadora del entorno y corruptora de lo humano.
Si en la información política de Veracruz el método de la sobrevivencia
en el periodismo es la alabanza y el “portarse bien”, en el área del arte y la
cultura definitivamente es más complicado ante el desdén por el tema y al temor
de tener un enfoque crítico. No se niega que hay espacios que dan cuenta de la
amplia actividad cultural que se desarrolla en Xalapa, pero sólo de eso se
trata, de informar lo que se ofrece pero carente de un análisis y de un enfoque
crítico, labor que cubría, sin duda, Performance.
Es cierto que todo tiene sus ciclos, pero el proyecto de la Editorial
Graffitti debería tener larga vida. Es fácil decirlo y desearlo. Mantenerlo,
como lo sabemos, es lo complicado. Por desgracia, Performance desaparece justo cuando vivimos en el tobogán de la
decadencia. La impunidad y la corrupción que van de la mano como forma de vida
han sentado sus reales y creado una gran metástasis que enferma y hunde a la
sociedad en la ignorancia, la pobreza y la violencia. Podría ser una imagen en
exceso negativa, pero no recuerdo, en lo que llevo de vida, una época marcada
por una decadencia rampante y permanente.
Si nos asomamos a los medios de comunicación locales (área que debería
de cubrir de acuerdo con sus órdenes de trabajo que me envió, estimado boss), el panorama es triste. La
tenebrosa cifra de 14 periodistas asesinados en los años recientes sin que
exista un solo consignado por esos hechos lamentables, nos muestra claramente
que la muerte tiene permiso y goza de cabal impunidad.
Hay espacios que se mantienen al filo de la navaja como Círculo rojo del periodismo en Veracruz,
que mantienen Claudia Guerreo, Virginia Durán y Armando Ortiz; o el valiente y
útil trabajo que realiza Radio Teocelo. Los esfuerzos por hacer un trabajo
diferente en beneficio de la libertad de expresión en verdad son hechos
aislados.
En Radio Televisión de Veracruz, salvo honrosas excepciones, arriaron
las banderas de la producción propia con un sentido de amplitud de la cultura
para darle paso al anodino comercialismo fomentado por la escuela Televisa.
De los medios de comunicación de la Universidad Veracruzana, de Radio UV
seguimos en la espera de escuchar un proyecto vigoroso a través de su cambio a
FM, y TVUV vive entre el universo inmenso de la internet.
El panorama que prevalece entre la educación informal de la población
está permeado por el estilo Televisa y, por desgracia, por la narcocultura que
se extiende y pervive como hidra sin control.
Hace diez años, cuando surgió Performance,
aún podíamos avizorar esperanzas con la alternancia del poder. Por desgracia
nada cambió para bien de la sociedad y sí se pervirtió para nuestro mal.
Hoy, en medio del fomento a la ignorancia y la falta de respeto a la
vida, cavamos nuestra propia tumba con la singular inocencia creyendo que estamos
haciendo nuestro propio túnel de escape. Lo único que hacemos es oscurecer más
nuestro pensamiento hundiéndonos en la ignominia.
Cierto, ando muy negativo, pero ¿puedo ser positivo ante la desaparición
de Performance? Lo dudo.
Voy por otro whisky para brindar por usted y su estoico equipo que
mantuvieron a lo largo de una década un proyecto que nos permitió la libertad
de vivir y opinar el arte y la cultura desde otros enfoques.
Estoy seguro que pronto coincidiremos en otros espacios y lugares, por eso
despedida no les doy.
Un abrazo.
Conde de Saint Germain, duque de los Jardines de Xalapa y actor
improvisado de Performance. ♦
Por Conde de Saint Germain