Epífita de Abel Zavala |
El escultor xalapeño Abel Zavala presenta Epífita
en la Galería del Área Académica de Artes, ubicada en el edificio de Rectoría
de la UV. La conforman obras de cerámica y porcelana cuya instalación, escribe
Manuel Velázquez, “trastoca por completo la experiencia de visitar un espacio
de oficinas”. Se trata de una intervención delicada a los sentidos, visualmente
estimulante. Abierta al público hasta el 10 de julio.
Las esculturas de Abel Zavala nos proponen juegos sensoriales
invitando al espectador a tomar frente a ellos una actitud reflexiva que va más
allá de la contemplación y que permita descubrir lo inesperado. En esta ocasión
nos presenta su trabajo en la Galería del Área Académica de Artes, de la
Universidad Veracruzana. Esta muestra se basa en una mirada abierta y
“desacralizada” de la naturaleza. El artista combina referencias al minimalismo
y el empleo de materiales cerámicos para diseñar esculturas específicas con las
cuales interviene este espacio. Las formas son sencillas, son piezas que
funcionan o se activan al momento del montaje. El artista insiste en manifestar
formas jugando entre lo figurativo y lo abstracto, no hay gestualidad ni un
tema definido, sino la búsqueda de una factura personal. Sus esculturas están
pensadas para ser neutrales y así poder ser interpretadas de diversas maneras;
como plantas, formaciones minerales, hongos o animales. Las relaciones con el
espacio circundante son definitorias en esta obra que resalta tanto por el
efecto de la luz sobre el material como por la forma expansiva del montaje.
Esta exhibición lleva por título Epífita, y no es casual, pues forma parte de un
proyecto puesto en marcha por Zavala a partir del análisis del entorno natural
y la intervención del espacio arquitectónico como medio y como objeto. La
percepción, el espacio y el tiempo son las nociones en las cuales fundamenta
sus obras. Lo que le interesa es la integración al espacio y el aspecto
matérico. Para esta exposición pensó en el contexto donde estará colocada la
pieza: un área de trabajo, de oficinas; así surge la idea de Epífita,
cuya nomenclatura refiere a las plantas que crecen sobre otras sin dañarlas,
una epífita no parasita a su anfitrión, sino que crece de manera independiente
obteniendo únicamente apoyo físico. De la misma forma sus piezas tratan de
integrarse a un entorno cotidiano, un espacio de trabajo en este caso, sin
perturbar, dañar ni estorbar, como lo haría una bromelia sobre la corteza de un
árbol. Este artista concibe todo esto en la forma de relacionarse con el
espacio, con sus propias reglas; como una intervención de un site-specific.
Las obras de Zavala juegan con las intersecciones
entre el arte, la arquitectura y la intervención. Destacan por su simplicidad
formal y el uso de la técnica de la cerámica dentro de planteamientos
contemporáneos, además de dialogar con la tradición de la escultura
minimalista. Al incluir estos elementos en su obra, pone al espectador en el
centro de sus proyectos, le invita a reflexionar sobre su vivencia como público
y su percepción del espacio circundante. A este artista le interesa el cuestionamiento
de cómo ciertos objetos se presentan o imponen como arte. La vulnerabilidad y
delicadeza de las piezas de esta exposición trastocan por completo la
experiencia de visitar un espacio de oficinas. Se trata de una intervención
atmosférica; de esculturas intangibles puestas en el muro; de piezas que
permiten entender la luz y explorar su incidencia en la monocromía, y de la
duración e intensidad de nuestra percepción.
Además de influir en nuestro estado de ánimo, Epífita
tiene el poder de transformar nuestro modo de contemplar lo que nos rodea,
son piezas visualmente estimulantes, múltiples y espaciales. Esta intervención
consta de una serie de piezas de porcelana y una más realizada con arcilla
obtenida de la loma de Rectoría de la UV, el resultado es un objeto extraño,
pero que salió de ahí mismo, que trata de integrarse y reflejar el espacio. ♦Por Manuel Velázquez