Espectacular vista del Colegio Preparatorio; FLIJX, 2008 [Foto: Jorge Castillo]
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La
Feria del Libro Infantil y Juvenil de Xalapa, rebautizada FLIJX en su
edición XIX, ha estado sujeta a la veleidad de los gobernadores
veracruzanos. Sin una dirección propia e independiente, caso contrario a
otras ferias del libro que se organizan en México, la feria ha visto su
existencia determinada por la poca o mucha voluntad, interés o visión
del gobernador del momento.
Su creación fue en
1990, por iniciativa gubernamental; una de las acciones brillantes de
Dante Delgado; un acierto en medio de otras decisiones desafortunadas.
Patricio Chirinos, un gobernador que en materia de cultura no escatimó
presupuesto e incluso se interesó personalmente en exposiciones y
celebraciones, reiteró el apoyo, y al tener a un secretario de Educación
tan activo y sagaz como Guillermo Zúñiga Martínez, consiguió consolidar
la feria.
En
cambio, con Miguel Alemán Velazco, que en poco menos de seis años buscó
acabar con la idea de cultura que tanto había costado desarrollar
incipiente y azarosamente en los tres sexenios anteriores al suyo, la
feria comenzó su declive, que se acentuó con los contantes rumores de
inminente desaparición. Los cuales se reafirmaron cuando Fidel Herrera
Beltrán comenzó a utilizar como mantra la reingeniería y se acordó
mediante decreto la desaparición del Instituto Veracruzano de la
Cultura, la creación de una Secretaría de Turismo y Cultura y la
reconversión de organismos que efectuaran duplicidad de funciones.
Afortunadamente parece que esos días han quedado atrás.
La increíble feria vagabunda
La
feria ha tenido una historia de zozobra. Nació en la escuela primaria
Enrique C. Rébsamen, cuyo edificio albergó a las primeras generaciones
de la Escuela Normal Veracruzana, una de las creaciones culturales que
indujeron a fines del siglo XIX a conferir a Xalapa el mote de la Atenas
Veracruzana. Al trasladarse al Colegio Preparatorio se le encontró una
identidad fundándose un extraño arraigo. Paradoja: pese a que la feria
no ha contribuido sustancialmente al desarrollo de lectores, sí ha
cumplido con uno de los objetivos secundarios: formar un público. Los
niños y adolescentes van a la feria como antes se iba al parque y hoy al mall:
a encontrarse, a reconocerse felices en su pujante vitalidad. Y algunos
de paso aprenden algo; los talleres sin duda han contribuido a que más
de uno deseara ser saltimbanqui. Muchos artistas son indisociables de la
imagen de la feria; digamos por ejemplo Martín Corona o Enrique Ceja.
Hasta
el momento, y pese a una breve residencia en la hoy Casa del Lago
–otrora Centro Cultural Los Lagos–, la feria continúa en el edificio del
Colegio Preparatorio aunque ya se anuncia un cambio de sede a las
instalaciones del otrora Museo del Transporte. Será para 2013 y se
buscará que el traslado permita incluir más estands y por ende más casas
editoriales. Con ello se busca asimismo una programación más nutrida;
ya que permitiría realizar diversos actos de manera simultánea sin que
el ruido impida el desarrollo de una conferencia y un recital de música,
por ejemplo.
Limitada
en espacio o en ideas, con pocos o muchos actos relevantes, la FLIJX es
una celebración arraigada en el imaginario xalapeño. Como se atestigua
en las diversas crónicas publicadas en los años de vida de Performance,
los niños de ayer, asistentes agradecidos a la feria, se han convertido
en los adolescentes, jóvenes y adultos que hoy preservan la tradición
llevando a los más pequeños. La FILU, organizada por la Universidad
Veracruzana, pese a su amplísima oferta editorial, a su mayor y más
completo programa literario y musical, y por supuesto a su mayor
presupuesto, no ha consolidado tan feliz arraigo. Esa es la baza más
importante que tiene la Feria del Libro Infantil y que por
contradictorio que parezca, ninguna administración, sea durante su etapa
bajo la tutela de la Secretaría de Educación y Cultura o bajo el Ivec,
ha sabido aprovechar.
Uno
de los cambios más importantes que ha experimentado la feria ha sido el
relevo de su fundadora. Desde 2010 se sustituyó a la recordada Lourdes
Hernández Quiñones. La antigua jefa de Ediciones Pedagógicas de la
Dirección de Educación Popular se había convertido por
antonomasia en la imagen de la feria, e incluso cuando en 2010 y 2011
la organización estuvo a cargo de otros coordinadores, la sombra y la
asesoría de Hernández Quiñones fue visible. Al llegar Alejandro Mariano
Pérez a la dirección general del Ivec, Lourdes, quien detentaba una
subdirección, se apartó por decisión propia; de modo que por fuerza la
nueva administración deberá enfrentar el reto de la feria sin la
asesoría de quien fue por largos años la cabeza del proyecto y su
emblema visible. Por ello la feria en su edición XXIII es una feria de
transición.
¿El adiós a la Prepa?
A
lo largo de su historia la feria ha conferido reconocimientos a
diversos personajes; desde aquellos directamente relacionados con la
cultura, como José Luis Martínez Suárez, la escritura para niños –Luis
Arturo Ramos–, hasta a quienes su mayor contribución ha sido a la
farándula, como Héctor Lechuga, quien en 2007 fue celebrado de manera
incongruente. Aunque también en el ámbito literario se ha honrado a
personajes menores. En este 2012 el reconocimiento se otorgará a Martha
Lydia Vivanco Ricaño, atendiendo a que es el Año Internacional de la
Lectura y que es necesario honrar a quienes han dedicado su vida a la
promoción y estímulo de dicha actividad. Alejandro Mariano ha buscado
que esta feria refleje la apertura del Ivec y su decisión por incluir a
los diversos exponentes de la cultura, no sólo de Veracruz sino de
México. Parte medular será el homenaje a Carlos Fuentes, instituido a
sugerencia del gobernador Javier Duarte, como una forma de reconocer las
raíces veracruzanas del novelista dandy. Por primera vez también la
feria se desarrollará en un periodo que no coincide con ninguna
quincena, lo que ha creado expectativas inquietantes entre los libreros.
Habrá
que esperar hasta la edición XXIV para conocer cabalmente el nuevo
rumbo de la feria, cómo las ideas del director del Ivec cuajarán en un
nuevo espacio. Por el momento vale decir que se han incrementado las
actividades artísticas y que habrá presencia de más escritores y actores
de la cultura que en la manifestación anterior, la de 2011, que se
recordará, con la del 2007, como una de las más grises y discretas. Será
también la primer feria que privilegie ante todo la literatura infantil
y juvenil por sobre otras manifestaciones literarias. Confiemos en que
la edición del 2012 sea recordada con beneplácito. ♦