Letreros para quienes leyeron más de tres libros... [Fotografía de Gina Collins] |
Estimado señor director:
No cabe duda
que la vida da vueltas, filosofaba el hámster en la rueda tratando de
avanzar en su cárcel. Yo también daba vueltas pero a los hielos en el
whisky y pensaba en los jóvenes que han tomado notoriedad por oponerse
al sesgo informativo de Televisa respecto a las campañas de las
candidaturas para la presidencia.
Un día
después del festejo nacional para las madres, el 11 de mayo, el
candidato priista Enrique Peña Nieto se encontró con lo inesperado en la
Universidad Iberoamericana, el rechazo de la mayoría de los
estudiantes. Si hubiera sido en la UNAM, la repulsión hubiera sido
natural, incluso recordaría aquella corretiza que tuvo que emprender
Luis Echevarría Álvarez, quien siendo presidente osó ir a Ciudad
Universitaria y hasta una pedrada recibió el hombre que operó la matanza
de Tlatelolco en 1968 y el halconazo del 10 de junio en 1971. Pero ¿la Ibero?
Estigmatizados
por Televisa a través del comediante Luis de Alba, los estudiantes de
la Ibero fueron conocidos como “pirrurris”. El personaje anodino con
gran poder económico remarcaba el racismo por excelencia que campea en
el país y dejaba claro que la prole era una bola de nacos. Al Chavo de
la Ibero curiosamente no se le veía estudiar sino más bien hacía gala de
su arrogancia y soberbia para despreciar a las clases sociales
inferiores. El repudio a la pobreza elevado a rango de chiste de
televisión. Tal vez los operadores de la logística de Peña Nieto
pensaron que la visita a la Ibero sería un día de campo, pero jamás se
imaginaron que sería otro día negro para el hombre del copete que cada
vez que se acerca a los terrenos del conocimiento, la inteligencia y la
imaginación sucumbe como un concursante que no tiene las respuestas
adecuadas. Y es que la vida es muy diferente de las escenografías de
televisión y de las encuestas pagadas.
Como
sabemos, la situación no paró ahí, la forma de minimizar la noticia en
los espacios noticiosos de Televisa, principalmente el de Joaquín López
Dóriga, más las declaraciones de Pedro Joaquín Coldwell, presidente del
PRI, quien aseguró que los estudiantes eran porros y acarreados,
encendió más los ánimos de los jóvenes universitarios, quienes
respondieron con un video subido a Youtube donde 131 alumnos de la Ibero
se acreditaron como miembros de dicha comunidad. Después vendría la
solidaridad y aparecería el movimiento #Yosoy132.
Los
medios alternativos de las décadas de los sesenta y ochenta eran los
volantes, boletines y periodiquitos hechos en esténcil, más las bardas y
muros al alcance. En los momentos más afortunados, radios piratas,
videos y películas en súper 8 mm. Hoy las ideas corren como reguero de
pólvora en las redes sociales y logran lo que nunca se había obtenido
con celeridad: abrir espacios en la televisión para exigir una
información plural.
Para Televisa la rebeldía había sido caricaturizada en la telenovela RBD,
donde los jóvenes de vida superficial sobresalían por sus voces
aniñadas, su vocalización como si tuvieran papas en la boca, corbatas a
modo de baberos para la baba y minifaldas de colegialas para enloquecer
la libido. Ni el PRI, ni Televisa y su poder fáctico, mucho menos Peña
Nieto (quien ha demostrado severas limitaciones intelectuales),
imaginaron el escenario de estudiantes de la Ibero en rebeldía
contagiando a otros universitarios para exigir democratización y equidad
informativa en la televisión, el medio de comunicación por excelencia
que sintoniza invariablemente “la gran familia mexicana”. La premisa es:
al haber información equilibrada de los candidatos, sin manipulaciones
que inclinen el favoritismo por el “elegido” de los grupos en el poder,
la ciudadanía tendría mejores criterios para elegir al presidente de la
República.
¿A
dónde irá a parar este movimiento? Aún su destino es incierto pero ha
despertado a sectores de la sociedad civil que se mantenían aletargados.
Los estigmatizados pirrurris le han tirado a las televisoras. Apenas se
han abierto algunos boquetes, aún falta mucho para revertir la historia
a favor de las mayorías. Como todo proceso social, el camino es largo y
de ser consistente, deberá mantenerse después del 1 de julio. La vida
da vueltas, el hámster también, y mis hielos en el whisky corren la
misma suerte. ¡Salud por los siete años de Performance! ♦