Fernando Benítez |
Estimado jefe que lee más de tres libros al mes:
Bienvenido
al fin del mundo, pero el fin definitivo del mundo de la inteligencia y
la sensibilidad. Cuando un aspirante a dirigir los destinos del país
demuestra cínicamente su ignorancia, se regodea en ella y en la mayoría
de la opinión pública no pasa nada y, al contrario, en las encuestas
difundidas por televisión se asegura que los constructores de la
corrupción, el corporativismo, la impunidad, la formación de mafias y
cacicazgos están en las preferencias del electorado, no queda más que
esperar el fin del mundo. Eso sí es un cataclismo.
Y
no por ser crédulo de las interpretaciones de los esotéricos que dicen
interpretar los jeroglíficos mayas y que según llegará a su fin este
planeta, pero votar por el regreso de los salvajes dinosaurios es optar
por el suicidio colectivo. Como en juego de maratón, avanza la
ignorancia y junto con ello el entierro del arte y la cultura que en
lugar de ser fortalecidos son vilipendiados en el presupuesto para
llegar casi a su extinción.
Cosa
curiosa, aunque no se ha publicitado, el 2012 está designado por el año
de la lectura. Justo en este periodo puede llegar a la presidencia de
la República alguien que no lee. La imagen se impone a la palabra. Lo
superficial, a la esencia. La creencia, a la razón. Las encuestas, a las
plataformas políticas. El fomento de la pereza mental, a la crítica y
la participación.
Leía
unas notas sobre un homenaje que le hicieron a Fernando Benítez en el
Palacio de Bellas Artes con motivo del centenario de su nacimiento.
Benítez fue la piedra fundacional de los suplementos culturales en los
periódicos del siglo XX mexicano. Hoy esas secciones que formaron
lectores son especies en extinción porque desde el punto de vista
comercial, la cultura no vende, y no hay quien soporte el gasto de
papel, mucho menos los honorarios de escritores y editores.
Caminaba
por estas atiborradas calles de Xalapa, que insisten en promoverlas
como turísticas, pensando precisamente en el entierro sistemático de los
proyectos culturales, cuando de repente cayeron en mis manos, como
limosna caritativa, dos producciones literarias: una de radio y otra de
televisión. No podían ser menos que producciones de la Universidad
Veracruzana.
En el primer caso, se trata de El beso de la mujer araña,
una adaptación radiofónica de la novela de Manuel Puig, trabajo que fue
remasterizado de la serie original que salió al aire a finales de la
década de los ochenta, a través de la señal universitaria. Lucen en esta
radionovela de capítulos las interpretaciones de Carlos Romano en el
fantástico personaje de Molina, una especie de Sherezada en la cárcel; y
Felipe Casanova, productor, director e intérprete del preso subversivo
llamado Valentín Arregui.
El
trabajo de remasterización se debe a Sotavento Creación
Interdisciplinaria, Radio UV y Agraviados Films; labor que es una
delicia al escuchar al gran género olvidado del cuadrante: la
radionovela. La producción es notable y se advierte un gran
profesionalismo, que conjunta literatura, imaginación, actuación y
producción radiofónica que reivindica el gusto por la lectura y por oír
una historia bien contada.
El segundo, relativo al proyecto de televisión, se refiere a la serie Voces del tiempo,
de la cual me llegaron dos producciones: una dedicada al poeta polaco
Czeslaw Mislosz y la otra a la poeta cubana Dulce María Loynaz. Par de
videos breves de buena factura realizados en la Coordinación de Medios
Audiovisuales de TVUV por Rosalinda Trujillo y, no podía ser de otra
manera, por el poeta Jorge Lobillo. Buenos trabajos que nos acercan a
dos poetas disímbolos en los que nos podemos enterar de sus datos
básicos biográficos y conocer parte de su obra poética.
Por
desgracia, ignoro a qué hora y qué día se transmiten ambas
producciones. En Radio UV no se publicita su programación y en el caso
de televisión se tiene que ser suscriptor de Megacable (abstenerse los
de tvabierta, Dish y Sky). Muy buenos trabajos, pero sin la promoción
debida.
Vinieron a mi memoria los personajes de la novela policiaca Balas de plata de
Elmer Mendoza donde los personajes centrales eran ¡asiduos al Canal 22
en pleno Culiacán! En esta Atenas veracruzana, que ahora se promueve con
la imagen de Rossana Nájera, egresada de Televisa, las adaptaciones y
producciones literarias realizadas en los medios universitarios tienen
poco peso en la opinión pública.
Falta
mucho camino por construir en estos menesteres; mientras, avanza sin
control la ignorancia y un analfabeto funcional puede llegar a ser
presidente. No sería el primero que lo hiciera para seguirnos hundiendo
en la ignominia. ♦